El Casino de Salamanca (Palacio de Figueroa) acogió este martes 2 de octubre el acto de inauguración del curso 2018-2020 de la Escuela de Práctica Jurídica. En la jornada intervinieron, el presidente de la Mutualidad de la Abogacía, Enrique Sanz Fernández-Lomana; el decano del Colegio de Abogados de Salamanca (ICASAL), Eduardo Íscar Álvarez; la vicedecana de docencia de la Facultad de Derecho de la USAL, María Ángeles Guervós Maillo; y vicedecano del ICASAL, Lorenzo Fuentes de Antonio.

Tras su intervención comenzó una mesa redonda que llevó como título ‘Pasado, presente y futuro de la Abogacía’ en la que intervinieron el juez Gabriel María Polanco Serrano y los abogados del ICASAL, Emilio Dávila Herández, Manuel Santos Gordo, Inés Blanco Hernéndez y Elena Rodriguez Talaván. El presidente del Casino de Salamanca, Alberto Estella Goytre, se encargó de moderar el coloquio.

 

Formación práctica dirigida al ejercicio de la profesión

La función social de la abogacía y de la procura consistente en el asesoramiento, defensa y representación jurídica de derechos e intereses ajenos, exige completar la formación jurídica adquirida en la universidad, con una adecuada formación práctica, específicamente dirigida al ejercicio de estas profesiones. El máster pretende realizar esa labor, facilitando la iniciación en el ejercicio profesional de la abogacía y en la asesoría jurídica en general.

Se trata de un título conjunto, fruto de la colaboración entre la Universidad de Salamanca, el Colegio de Abogados y el Colegio de Procuradores, que es modélico en promover una formación eminentemente práctica y dar relevancia a las prácticas externas, puesto que cada estudiante es asignado a un despacho profesional y se integra en él durante el curso académico.

Las clases y actividades, de carácter práctico, son impartidas por profesionales del Derecho de todos los ámbitos: magistrados, fiscales, abogados, procuradores, notarios, registradores, etcétera. Su finalidad es dotar a los futuros letrados del conjunto de conocimientos, competencias y habilidades propias del ejercicio de la profesión de la abogacía, tanto en los aspectos organizativos y colegiales como de estricta técnica jurídica, incidiendo especialmente en las cuestiones prácticas que plantea el desarrollo de los distintos procesos.