La nueva presidenta del Consejo General de la Abogacía, Victoria Ortega, reclamó durante la toma de posesión de su cargo un “Pacto de Estado por la Justicia” con un objetivo “claro y posible: configurar, mediante consenso, un modelo de administración de Justicia que merezca tal nombre dentro de un verdadero Estado Social y Democrático de Derecho; un Pacto para sacar a la Justicia del Siglo XIX y llevarla definitivamente al siglo XXI; un Pacto presidido no por criterios de oportunidad política, sino desde el conocimiento de la realidad de nuestros juzgados y del trabajo de todos los que actuamos en dicha administración, y en ningún caso desde actitudes complacientes que a la larga deriven en una mayor y más profunda insatisfacción del ciudadano”.
“A este compromiso”, continuó Ortega, “convoca la Abogacía a todas las fuerzas políticas, sociales y profesionales. A esto también me comprometo hoy, al tomar posesión del cargo de presidenta del Consejo General de la Abogacía, desde la más absoluta lealtad institucional, voluntad de diálogo y consenso”.
Y es que “no podemos permitirnos una Justicia lenta, lejana a los ciudadanos. No podemos tener una Justicia sin los medios suficientes, personales y materiales, la cenicienta de la Administración Pública”.
Victoria Ortega, que pronunció su discurso de toma de posesión ante más de 300 personas reunidas en el Ateneo de Madrid, reclamó que la Abogacía debe tener voz “no solo en lo que nos afecta profesionalmente, sino también en todo lo que concierne a los derechos y libertades de los ciudadanos y al funcionamiento de la Justicia”. “Debemos hacer”, continuó “que sean los representantes públicos quienes sientan la necesidad de contar con la Abogacía, porque esta Abogacía además de unida, tiene la fuerza y la autoridad suficiente para influir directamente en la elaboración y aplicación de las Leyes, y con ello a la mejora de nuestro estado social y democrático que, además, lo es de derecho”.
En cuanto a su programa, Ortega desgranó algunas de las que serán las líneas maestras de su legislatura, como continuar con la exigencia “de una Ley Orgánica del Derecho de Defensa”, ya que “sin esa Ley, la defensa de los derechos de los ciudadanos se encuentra debilitada y la libertad y la independencia de los abogados, amenazadas”.
En segundo lugar, destacó que elaborará un “proyecto estratégico” para “definir los objetivos, establecer las prioridades y ejecutar los acuerdos” con “criterios de servicio, de lealtad, de solidaridad sentida y bidireccional entre el Consejo y los Colegios con distintas necesidades, sensibilidades y posibilidades”
“Debemos trabajar, y voy a trabajar, por una Abogacía mejor, más preparada, mejor formada y más exigente consigo misma y con el papel fundamental que le corresponde y que le asigna la propia Constitución: Defensa de los derechos de todos”, añadió. “Ser Abogado debe ser sinónimo de garantía, de reconocimiento social, de prestigio y de excelencia. Reclamaremos siempre que los Abogados estén en plano de igualdad y sean respetados por el resto de los actores de la Justicia”, especialmente la convergencia de la función del juez y el abogado que ha de fundarse sobre la independencia judicial, la inmunidad de la defensa y la responsabilidad de unos y otros”.
Además, también se comprometió a trabajar por “una Abogacía unida”, porque “cuando hemos hecho de la unidad nuestra bandera, es cuando más se nos ha respetado, más se nos ha valorado y más hemos conseguido”.
Turno de Oficio, transparencia, Derechos Humanos y Europa
Tampoco se olvidó la presidenta de la Abogacía del Turno de Oficio en su primer discurso, asegurando que “representa lo mejor de nuestra profesión”, y anunció que “como primera actuación, tras mi toma de posesión, me acercaré esta tarde al Colegio de Madrid junto con su Decana, al objeto de reunirme con los Abogados del Turno de Oficio y manifestarles nuestro apoyo”.
Por otro lado, se comprometió a una mayor transparencia en el funcionamiento del Consejo “al servicio de todos”, a seguir luchando en la defensa de los Derechos Humanos a través de la Fundación y de un Observatorio Internacional de Abogados en Riesgo de nueva creación junto a Consejos y Colegios de otros países, así como “mirar más a Europa” a través de la Delegación del Consejo en Bruselas.
Además, Victoria Ortega deseó que nunca más sea noticia que una mujer llegue a un alto cargo, porque “cuando este hecho se vea con normalidad, seguramente estaremos muy cerca de haber conseguido esa igualdad que las mujeres nos hemos ganado con nuestro esfuerzo hace mucho tiempo y que la sociedad necesita”.
Asimismo, agradeció a su antecesor, Carlos Carnicer su labor al frente del Consejo y los años de trabajo a su lado, y aseguró que gracias a su labor, se pudo conseguir la aprobación de la Ley de Acceso, “una medalla que nadie puede discutirte, ni podrá arrebatarte nunca”
Carlos Carnicer: tres décadas trabajando para la Abogacía institucional
Por su parte, el ya ex presidente del Consejo, Carlos Carnicer, tomó la palabra para agradecer, muy emocionado, el apoyo recibido en estos 15 años presidiendo la institución y 32 años trabajando para la Abogacía institucional desde diferentes cargos, y siempre “defendiendo a ultranza el Derecho de Defensa”. Entre los hitos relevantes de su mandato, destacó la regulación “por fin, del acceso a la profesión, la eliminación de las tasas judiciales para personas físicas, o la modernización tecnológica de la Abogacía”. Además, señaló los avances en la defensa de los derechos humanos y la justicia social, “con oficinas anti-desahucios, o de asesoramiento a inmigrantes, o de asistencia frente a la dramática violencia de género”. “Nuestra voz se ha escuchado en numerosos proyectos legislativos que afectaban a la Justicia, los derecho y libertades fundamentales y la propia profesión”, recordó.
También tuvo palabras de reconocimiento para los abogados de oficio, que “exhiben una generosidad no suficientemente reconocida, personificando en muchas ocasiones, con una enorme dignidad, el vínculo cardinal de los ciudadanos con la Justicia”
Sobre la nueva presidenta, Victoria Ortega, Carnicer tuvo palabras de elogio y admiración, y destacó “su excelente formación académica y experiencia profesional que se ven potenciadas exponencialmente gracias a una eficiencia en el trabajo asombrosa”, así como “una enorme capacidad de diálogo y espíritu de sacrificio”. Y citó uno de los principales retos de su presidencia: “adiestrar a los jóvenes, y no tan jóvenes, para que afronten con lucidez y sentido común esta queridísima profesión”.
Más de 300 invitados
La toma de posesión de Victoria Ortega como presidenta del Consejo General de la Abogacía tuvo lugar en el salón de actos del Ateneo de Madrid, con la asistencia de numerosas autoridades como el ministro de Justicia, Rafael Catalá; la defensora del Pueblo, Soledad Becerril; el ex presidente del Consejo General de la Abogacía, Eugenio Gay; el presidente de la Audiencia Nacional, José Ramón Navarro; el teniente fiscal del Tribunal Supremo, Luis Navajas; los presidentes de sala del Tribunal Supremo Francisco Marín y Manuel Marchena; los presidentes de los TSJ de Madrid y Cantabria, Francisco Javier Vieira y José Luis López; el secretario de Gobierno del TSJ de Madrid, José Palazuelos; los magistrados del Tribunal Supremo Margarita Robles, María Luisa Segoviano, Julián Sánchez, Ana María Ferrer y César Tolosa; el presidente de la Audiencia Provincial de Madrid, Eduardo de Porres, así como los presidentes de los Consejos de Procuradores, Juan Carlos Estévez; Registradores, Gonzalo Aguilera; y Graduados Sociales, Javier San Martín, además de otras muchas personalidades del mundo de la Justicia y la política.