En su discurso de toma de posesión pide que se deroguen las tasas judiciales y se fija como objetivo «la defensa de la imagen y el prestigio de los abogados»
El nuevo decano del Colegio de Abogados de Salamanca, Fernando Dávila González, califica de «ciclogénesis explosiva» las reformas emprendidas por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, y afirma, con rotundidad, que las tasas judiciales «deben ser derogadas».
En su discurso de toma de posesión, el decano, salmantino de 48 años, que pronto cumplirá 24 de ejercicio, se encomendó a su Junta de Gobierno, parte de la cual tomaba también posesión en el mismo acto, para que «me corrijan si me equivoco y me den fuerza para tirar hacia adelante si soy justo», y mostró, dijo, dos preocupaciones: «ensoberbecerme o bien no estar a la altura».
Dávila, hijo de abogado, tuvo palabras de agradecimiento para su familia y en especial para su padre, que además de haberle ayudado a dar los primeros pasos en la profesión, es el colegiado número 1 del ICASAL, de forma que, bromeó, «yo soy el decano, pero él es el decano».
El máximo representante de los letrados salmantinos, que sucede en el cargo a Luis Nieto, se reconoce inquieto por los «momentos difíciles» que se están viviendo, y cita las cuatro reformas puestas en marcha por el Ministerio: tasas, servicios profesionales, registro civil y Ley de Planta, como «las cuatro patas de una ciclogénesis explosiva» para la Justicia.
Dávila, -que anteriormente formó parte de las Juntas de Gobierno del Colegio durante los mandatos del ahora presidente del Consejo de la Abogacía de Castilla y León, Fernando García-Delgado, y de Manuel Sánchez Benítez de Soto-, cita, entre sus objetivos «la defensa de la imagen y el prestigio de los abogados, exigiéndole al mismo tiempo a ellos servicio y vocación», y, por otro lado, «contribuir a acercarnos al justiciable, que el ciudadano sepa que el abogado es cercano y que hay que acudir a él antes de que surja el problema, como en la medicina preventiva».
En el tríptico que el nuevo decano difundió entre los colegiados de cara a las elecciones celebradas el pasado mes de diciembre, en el que prometía «transparencia, rapidez y eficacia» en la gestión del Colegio, se proponía, asimismo, la «defensa a ultranza de la profesión ante quienes pretendan sustraer de la esfera de la Justicia en general y de la Abogacía en particular, determinados procedimientos como divorcios, expedientes de dominio, jurisdicción voluntaria o Registro Civil».
En ese mismo «programa» con el que afronta los próximos años en el Decanato, Dávila proclamaba su «absoluta independencia de intereses personales o políticos», planteaba la colaboración del colectivo con todo tipo de asociaciones representativas de intereses diversos en la sociedad salmantina, anunciaba especial atención a los jóvenes colegiados, para los que el Colegio ha de ser «una clara referencia» y prometía seguir avanzando en la relación con otras instituciones, gestión, participación y formación.
Junto a Dávila tomaron posesión de sus cargos, como secretario, Florencio Acevedo González, como tesorero, Eduardo Íscar Álvarez, como diputada cuarta Adela Turrión Martín, y como diputada quinta María Teresa Sánchez Juanes.