Una de las principales funciones de la abogacía es el compromiso con la defensa de la igualdad entre hombres y mujeres. En este sentido, el Consejo de la Abogacía de Castilla y León se suma al manifiesto elaborado por el Consejo General de la Abogacía Española, reafirmando su compromiso con la eliminación de cualquier forma de discriminación por razón de género y con la construcción de una sociedad más justa e igualitaria. La abogacía es y debe seguir siendo un pilar fundamental en la protección y promoción de los derechos humanos, especialmente en la defensa de los derechos de las mujeres. Desde esta privilegiada profesión, cuyo principal objetivo es la defensa de los derechos de la ciudadanía, las abogadas y los abogados luchamos desde hace décadas por la igualdad efectiva entre hombres y mujeres:

  • Eliminando brechas de género en el acceso al trabajo
  • Luchando por salarios igualitarios entre hombres y mujeres
  • Rompiendo techos de cristal para facilitar la presencia de mujeres en puestos de responsabilidad

Se ha avanzado mucho en estos años y se han establecido las bases que permitan continuar en esta mejora. Es de justicia reconocerlo, pero para continuar avanzando en este objetivo es preciso mantener el refuerzo de medidas sociales y legislativas en defensa de la igualdad efectiva.

Desde la abogacía también se trabaja por la necesaria presencia de forma transversal de la cultura de la igualdad en todos los ámbitos sociales.

Hay que continuar la labor para mantener las conquistas logradas, mejorar los mecanismos que garanticen esa igualdad a través de la educación y evitar cualquier tentación de retroceso en estos avances.

Queda aún mucho por hacer. Las abogadas y los abogados continuamos trabajando por la implementación de medidas que permitan mejorar la presencia de mujeres en órganos de gobierno, consejos de administración y puestos de responsabilidad.

Es fundamental seguir siendo la voz de la conciencia de la sociedad, como es fundamental exigir el respeto, no solo de la ciudadanía, sino en especial de las autoridades y de los Juzgados y Tribunales, a las personas, evitando que sus actuaciones puedan verse afectadas por sesgos, sean políticos, religiosos, de género, sexuales, de edad o de cualquier otra naturaleza.

Nos congratulamos de forma muy especial por la aprobación, la semana pasada, del pacto de estado contra la violencia de género. Un ejemplo de que el consenso es posible, la lucha es necesaria y, aunque queda todavía mucho camino por recorrer, hemos avanzado y estamos en la buena línea.